El viento traza dudas en la costa
y no otorgan tregua los molinos del mar.
El amanecer del desierto promete
que todo será al fin definible,
salvo la luna,
desnuda hasta el siguiente crepúsculo.
Se completa así la soledad
de la intemperie,
madrugada, acantilado,
cuando transparente por la lluvia de toda
la noche,
puede verse uno entre los huesos.
Alfredo Lichter, Lo oscuro mueve el mar.
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4 comentarios:
Vivir en la intemperie supone no sólo poder naufragar, sucumbir definitivamente, también encontrar de frente lo que vale la pena ser vivido, que de otra manera no conoceríamos nunca.
Esto me dicen estos versos donde el mar, el desierto, la luna en la inmensa oscuridad son como el interior donde el poeta quiere encontrarse a sí mismo.
Como siempre un placer tu casa,
un abrazo
otra más
y la punteria para los poemas.
si no se puede che
muy bueH
slut!
esa soledad se siente tan natural, tan merecida...saludos.
coincido con Barbol: qué puntería!
salutes!
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