jueves, 21 de febrero de 2008

De una antología que naufraga

Irse


Abandono la tierra que conoce mi infancia,
abandono el paisaje familiar y abandono
la casa que en invierno construye la memoria,
tomo impulso en el aire y doy mi pelo al viento,
veo llegar cada tarde mis restos a la playa.


Ley


El que no ha conocido el sabor del naufragio
no conoce la vida. El que no ha estado nunca
a merced de la lluvia ni ha probado en su carne
el azote del viento nocturno del fracaso
no conoce los códigos secretos del océano
ni la ley de los hombres
Que acechan a sus hijos con la muerte en las manos
Y en nombre de sus dioses destruyen lo que aman.



Javier Rodríguez Marcos, Antología sumergida.

4 comentarios:

Danelí dijo...

El mar es infinito, al igual que la poesía que emerge de él. Y a mí, eso, me encanta.

Un beso

(sabes...me agrada mucho la cita de Baricco que tienes en el blog, yo busqué algo de él en la biblioteca de mi universidad, pero no hallé nada...)

sole (...) dijo...

ay dani que lindo es todo por aca.

dá paz...

saluttt!

Teodoradorna dijo...

dani muyyyyyyyyyyy precioso todo, irse y naufragar, pienso que a lo mejor son la misma cosa, aca donde no hay mar. faaaaaaaan me colgue.
reitero muy bello.
abrazos

(como siempre las postales aumentan)

sole (...) dijo...

dani, el viernes pasado fui a ver Griegos! me encant me encanto me encantó!

te felicito a vos y a los demás responsables!