martes, 11 de septiembre de 2007

Barthes y sus fragmentos amorosos

El cuerpo del otro.

CUERPO. Todo pensamiento, toda emoción, todo interés suscitados por el cuerpo amado.

1.
Su cuerpo estaba dividido: por una parte, su cuerpo propio -su piel, sus ojos-, tierno, cálido, y, por la otra, su voz, breve, contenida, sujeta a accesos de distanciamiento, su voz, que no daba lo que daba su cuerpo. O incluso: por un lado, su cuerpo mullido, tibio, justamente suave, afelpado, jugando con la timidez, y, por el otro, su voz -la voz, siempre la voz- sonora, bien formada, mundana, etc.

2.
A veces una idea se apodera de mí: me pongo a escrutar largamente el cuerpo amado (como el narrador antes el sueño de Albertina). Escrutar quiere decir explorar: exploro el cuerpo del otro como si quisiera ver lo que tiene dentro, como si la causa mecánica de mi deseo estuviera en el cuerpo adverso (soy parecido a esos chiquillos que desmontan un despertador para saber qué es el tiempo). Esta operación se realiza de una manera fría y asombrada; estoy calmo, atento, como si me encontrara ante un insecto extraño del que bruscamente ya no tengo miedo. Algunas partes del cuerpo son particularmente apropiadas para esta observación: las pestañas, las uñas, el nacimiento de los cabellos, los objetos muy parciales. Es evidente que estoy entonces en vías de fetichizar a un muerto. La prueba de ello es que, si el cuerpo que yo escruto sale de su inercia, si se pone a hacer algo, mi deseo cambia; si, por ejemplo, veo al otro pensar, mi deseo cesa de ser perverso, vuelve a hacerse imaginario, y regreso a una Imagen, a un Todo: una vez más, amo.
Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.

6 comentarios:

Franco dijo...

¡Qué pedazo de libro, y qué pedazo de escritor! Escritor-pensador, artista de las cavilaciones, el Rolo.

L ... dijo...

me lo compré maravillada y empecé a leerlo entusiasmada.. pero llegando al final.. ya me había cansado. creo que debería haberle cortado la mitad del libro para hacerlo bueno-bueno y no repetitivo... (todavía me faltan las últimas páginas... ahora que veo esto voy a tratar de llegar al final).

salutes!

Verónica. dijo...

me encanta dar vueltas por acá.
un abrazo para vos.

MARIANA COPELLO dijo...

uno de mis libros de cabecera...(será porque soy psicoanalista??jaja)
besos

luks dijo...

calmo, atento, como ante un insecto extrño del que ya no tengo miedo.

upa!

seguimosssssssssss...

botas de agua dijo...

soy parecido a esos chiquillos que desmontan un despertador para saber qué es el tiempo

una vez más, gracias por estos regalos que nos haces, linda.