miércoles, 4 de julio de 2007

El lenguaje, III.

(de Alejandra Pizarnik, más)
La palabra que sana

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
Los de lo oculto

Para que las palabras no basten es preciso alguna muerte en el corazón.
La luz del lenguaje me cubre como una música, imagen mordida por los perros del desconsuelo, y el invierno sube por mí como la enamorada del muro.
Cuando espero dejar de esperar, sucede tu caída dentro de mí. Ya no soy más que un adentro.

Nuevamente, de: El infierno musical, 1971.

5 comentarios:

Juan B. Morán dijo...

Esta trilogía que has hecho me apasiona, el lenguaje sigue siendo un misterio, el ser frente al espejo y las palabras tienen un lodo oscuro un no ser todo lo que dibujan, como la sombra de otra realidad.

A veces, creo que no cabe todo lo que quiero decir en ellas y a veces, busco la palabra perdida que de sentido a mi existir.

Un abrazo

Ray Kawabata dijo...

Me gustó mucho cuando en el texto de abajo dice que el lenguaje es el resultado de nuestra frustración, creo que tiene mucha razón, incluso ahora sigue siendo producto de lo mismo, porque en realidad comunicarse, muchas veces, cuesta demasiado.
Y el texto de ahora, es como un bombardeo de todo lo que significa el lenguaje, un texto muy rico, mi hizo recordar cuando leía a Jorge Manrique, era como si te empujara.
Gracias.

Clarice Baricco dijo...

Leerlo me produce un nudo en la garganta. Demasiado intenso.

Abrazos

José L. Serrano dijo...

gracias por visitar la taberna del mar

un beso

principio de incertidumbre dijo...

más allá de la reflexión del lenguaje me puede la imagen de la enamorada del muro.


Muchos saludos.

:)