sábado, 22 de diciembre de 2007

Llorar

Llorar: con las manos abiertas, la piel despellejada, los labios secos, los lagrimales vacíos, el hígado descompuesto, las rodillas fracturadas, los huesos desmoronados, las piernas débiles, el sexo muerto, las ganas desoladas.
Estar acá y estar allá, más allá de las palabras y más acá del dolor, a sólo cinco centímetros del último escalón, a veinte metros de la parada final, y la parada final ya es hoy, acá, ahora, ya, presente perfecto, presente imperfecto, presente desamparado.
Por la ventana entran fragmentos de desierto, la tierra seca llena mis ojos, mis ojos no ven nada, con las manos alcanzo las paredes y por las paredes repto hacia la puerta. La puerta pierde su consistencia, se abre como una bocanada de viento salvaje, me deslizo entre sus fauces y caigo muerta del otro lado. Sólo desierto. Agua muerta, o agua putrefacta, que es peor.
Estar acá y estar allá, desaparecer por los días breves y las noches inmensas, el mar aparece en el horizonte pero es demasiado pequeño, el mar es pequeño, el mar por dentro, mi mar por dentro, y una luna tremenda sobre ese mar por dentro.
Nos hemos comido todo, hemos devorado los días y las noches, no queda nada en el camino, llantos apenados y lágrimas pérdidas, no queda nada en el camino, las puertas son salvajes y devoran los caminos, el mar se asoma, pequeño, indefectible, irreversible, inmenso, inmenso al fin. El mar se asoma.
Por fin, el mar se asoma, y tiene el color de las palabras mías.

martes, 18 de diciembre de 2007

Alejandra dice

silencio
yo me uno al silencio
yo me he unido al silencio
y me dejo hacer
me dejo beber
me dejo decir


---------------


viajera de corazón de pájaro negro
tuya es la soledad a medianoche
tuyos los animales sabios que pueblan tu sueño

en espera de la palabra antigua
tuyo el amor y su sonido a viento roto



Los dos, de Alejandra Pizarnik, En Otros poemas, 1959.
(de la edición de Obras completas).

domingo, 16 de diciembre de 2007

Saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no me harán jamás amar por quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que es precisamente ahí donde no estás: tal es el comienzo de la escritura.
R. Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.

domingo, 9 de diciembre de 2007

amore e psiche


Sabemos que existe un espacio de libertad entre la carne
y el esqueleto
en el que las repeticiones, los lamentos
llegan atenuados;
un espacio de abrazos,
un cuerpo transfigurado.



En Masbedo - Houellebecq; Seguir vivo

miércoles, 5 de diciembre de 2007

De Pinter

siempre donde estás
en lo que hago
te volteas y tomas tus brazos

mi tacto se queda donde tú volteas
tu mirada está en mis ojos

al voltear para estrechar tus brazos
tomas mi tacto en ti

y tocas para estrechar en ti
la única forma de nuestra mirada
traigo tu rostro hacia mí

siempre donde estás
mi tacto te mira a los ojos para amarte.


H. Pinter, 1964.